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DESDE MI PLANTA

La cara amarga

La cara amarga

Claro. Me preguntan en una oferta de Infojobs si leo algún blog. Y evidentemente que sí, respondo. LLevo casi dos años metido en este mundillo del que quiere y no puede, o del que cree saber y no sabe. O, visto desde otro punto de vista, del que necesita compartir algo con el mundo invisible. Pero la cuestión trata de que si respondo que sí, que yo hasta tengo uno, y además le doy la dirección, ¿qué va a pensar el que me visite si ve que esto esta casi muerto? No por nada, querido lector y posible entrevistador. Usted ya sabe que el mundo funciona a rachas, según momentos de una actividad proporcional a nuestro estado físico y anímico en esta nuestra sociedad. Desde mi planta funcionó en aquellos tiempos dicharacheros en los que las neuronas no dejaban de moverse a sus anchas, en los tiempos en que uno bajaba y subía las plantas de un teatro operísitico repleto de inspiración y de historias que recoger y recopilar, de momentos en los que la actividad frenética para subsistir se escalonaba y se amontonaba, casi hasta esxtremos de verse desbordados.

Y ahora comtempla usted que cualquier tiempo pasado fue mejor. Aquellos tiempos pasaron. El teatro se volvió a quemar, los pasillos de la universidad quedaron vacíos, los estímulos se fueron difuminando y desapareciendo, ellas se fueron olvidando de darme las pautas para seguir escribiendo una novela personal, triste y melancólica, que nunca me hizo bien. LLegó la rutina, las mismas cosas que hacer, el encefalograma plano. Las puntas se allanaron. De la Aspiración a ser algo, se pasó a la Asquerosidad. Y en EFEcto, llegó el desempleo. LLegaron seis meses estables emocionalmente, llegó la misma cantinela diaria. Y así no se puede. Uno se pasa todo el día a la espera de que le muevan, mientras se arruga con espanto al ver que le ha salido una cana más, un oyuelo más, una peca más, una mancha que no sabe de dónde ha salido. Uno se mueve entre muros transversales y en diagonal que le impiden mover con facilidad, y se estrella ante un teclado que pide candela a unos dedos sin historias que contar.

Pero paciencia. Todo es eso. Puntas. Altos y bajos. Valles y desiertos, como cantan Los Planetas. Todo se andará. De momento, contemplen la cara amarga del desempleo, del que llama pero al que no contestan, del que busca pero no encuentra, del que duerme mucho pero descansa poco, del que no se mueve pero bien se cansa, del que ruega y reza de mentirijilla para que el aburrimiento pase a mejor vida.

2 comentarios

marquinho -

Un saludo!!!!

patri -

¡mira qué alegría, un día q me paso por aquí y va y has escrito! vale, has escrito por si alguien q te pueda dar trabajo se pasa por aquí y no quieres quedar mal... un poco interesado el tema jeje pero has escrito al fin y al cabo. Y eso d q ahora no tienes cosas q contar, q no tienes inputs...mmmmm... reflexiones tendrás, no? tus divagaciones siempre han surgido de un punto d inicio arbitrario y hasta poco importante y eso las hacía grandes así q...
bueno, aún tenemos pendiente ese café! ;)
bsitos!!!