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DESDE MI PLANTA

Me falta algo

Faltan 12 días para mi cumpleaños, y no lo tengo asumido. Faltan 10 días para entregar el trabajo de Histeria del Periodismo, y no tengo contenidos, me los han arrebatado. Faltan 6 días para cobrar, y no me quedan euros en el bolsillo. Faltan 3 días para examinarme del teórico, y no lo tengo muy claro. Faltan apenas 6 horas para el Barça-Milán, y no tengo entradas, ni canal +. Faltan dos horas y media para entrevistar a Roger Grimau en el Palau, y no tengo pilas para la grabadora. Faltan 10 minutos para tumbarme en el sofá y pensar en el modo de tener lo que no tengo.

*

Subía las escaleras enmoquetadas de la Biblioteca de Catalunya directo al conocimiento, rodeado de estudiantes urbanitas y de urbanos sin estudios. Pagaba la entrada de 1,20 euros que me permitía disfrutar de seis días de inmersión en el Tele/Exprés. Guardaba mis objetos en guardarropía. Hacía uso de mi privilegio y pedía mi carpeta repleta de diarios de los 80. No estaba, se lo habían llevado.
Vuelta al revés. Recogía mis objetos de guardarropía, dspués de haber gastado 20 céntimos para nada. Sonreía a una chica de buen ver mientras caminaba por la calle Hospital, cruzándome con modelos, inmigrantes, comerciantes, policías, tenderos y limosneros de todos los colores.
Giraba por la Rambla hacia la derecha y pasaba por el Liceu, oscuro y sin gente adentro. Saludaba al jefe de taquillas, que no me conocía y me quedaba a dos velas. "No debes ser tan conocido", pensaba. Caminaba en dirección a mi moto, y me cruzaba con los tiffossi del Milan. "Nos ganaran seguro", decía mi pesismismo al mismo tiempo que me daba cuenta que los que iban detrás mío hablaban de proyectos de futuro. Uno de ellos era un actor, recientemente popular por su papel de Sáhara en "El cor de la ciutat". Años atrás le hubiera pedido una firma o le hubiera dicho algún comentario, como aquél día en que me encontré a Josep Maria Pou en el Virgin Megastore y le grité espontáneamente "Ei, tu ets el Manel de Estació Central"!Ahora me daba igual. Sólo pensaba en la llamada que no vendría hasta al cabo de una hora y que me citaba a las 5.30 en el Palau Blaugrana. Y pensaba cuántas veces se me calaría la maldita moto de camino a casa. Llegaba a ella, aparcada justo al lado de la de la in-nombrable. Cosas del destino. Pero me daba igual, no pensaba en ella. Sólo en la llamada que no venía, y en lo que escribiría esta tarde después de comer.

2 comentarios

marquinho -

Moltes gràcies. Molt agraït. De veritat.

arantxita -

manic tuesday. si me hubierasdicho, te pasaba unas pilas...