Blogia
DESDE MI PLANTA

Honorable Anfiteatro

Hace dos días cumplí diez meses en el Liceu y ayer me tocó por primera vez acomodar en Anfiteatro. No es que me extrañe mucho esta tardanza, porque dicho lugar está reservada a una élite superior, y, modestia no aparte, yo no estoy incluído en ella.
Sea como fuere, ayer me tocó de rebote. Y a pesar de que trabajar en el primer piso del teatro es bastante pesado, ayer fue un día de esos en que la providencia y la casualidad se unen.
Ayer compartí pasillos con el honorable Pascual Maragall. Honorable y discreto. Con un paso tranquilo, sin prisas y con mucha calma, caminaba por el pasillo, más estrecho que los demás, en dirección a su Palco 16. Su apariencia, la de un hombre cansado, medio dormido por el efecto de sus enormes ojeras. Le miraba y parecía que pensara "vaya rollo al que tengo que venir".
Pero no podía faltar a esta cita. Ayer se estrenaba "Gaudí", un bodrio para muchos, pero que al tratarse de una ópera representativa del catalanismo, tenía la "obligación de cortesía" de estrenarse en teatro de La Rambla. Con retraso, como pasó ya con "Babel 46" de Montsalvatge. Esta vez, no obstante, la de Ginjoan sólo ha tardado 10 años en cobrar la deuda histórica.
Al lado del president, a parte de escoltas y personajillos de protocolo, dos políticos más. Benach, presidente del Parlament - no me fijé si llevaba corbata o no- y Manuela de Madre, vicepresidenta del PSC.
Sin duda, la última fue la mejor de todas. Se trata de una político mediática, debido a su fibromialgia, enfermedad que, si me permiten comentar, también padece mi estimada madre, y que ha convertido a la vicepresidenta en un ejemplo de superación y compromiso. A parte de eso, radiaba felicidad y simpatía a raudales, en clara contraposición con la tristeza y el paso errante cual fantasma de Maragall.
Por eso, simplemente por poder curiosear y codearme con la alta esfera política catalana, ya valía la pena estrenarse en Anfiteatro. Pero por poca cosa más. Es un lugar bastante estresante, comparado con muchas otras ubicaciones.

2 comentarios

manu -

Vamos cambiando cada dos por tres. Excepto en casos contados, somos personajes ambulantes sin lugar fijo, aunque ultimamente suelo estar en el Blacón Foyer, vendiendo programas.

Ferran -

Si no es mucho preguntar, en qué piso estás normalmente?