Ondas

No obstante, algo hemos salvado. Una milésima parte de lo que hubiera podido ser. El único personaje de interés de la quinta planta fue el primero en llegar. Xavier Seisó, locutor deportivo de la SER-Radio Barcelona que pasa inadvertido en la esfera galáctico-mediática de muchas personas pero que, para un servidor, ha sido un privilegio poder acomodar. Por su habilidad en las retransmisiones de madrugada de la Superbowl americana, por sus conocimientos y por su sencillez. Uno, que ha trabajado en la oficina de prensa de los Barcelona Dragons da fe de ello. Su llegada a la planta ha sido una buena anécdota. Nada más llegar, resignado a permanecer en el gallinero durante la gala, le he reconocido y he dicho su nombre. "Sr Seisó, ¿me equivoco?" Se ha quedado sorprendido de que supiera de quién se trataba, pero su mujer y su hija más. "Qué profesionalidad Dios mío. Se saben todos los nombres de los espectadores..." Poca cosa más, porque después se ha ido a platea, cuando un mandado con aires de mando le ha permitido bajar a platea.
Intentemos ver las cosas por su lado positivo. Hoy, hacer la revisión de la sala antes de que empezara la función ha sido más motivador. Simplemente para ver ensayar a Kylie Minogue en el escenario mientras que nuestra querida Manoli pasaba el aspirador a su lado. No cabe decir quién de las dos era la estrella que más brillaba con luz propia. Nuestra Manoli no hacía "play back", mientras que la rubia australiana con pistoleras sí.
Y poco más. Sólo al final, los de accesos, estresados por la multitud de gente que aún quedaba, me han pedido que bajara a echar "amablemente a la gente". Allí he podido saludar a Gabilondo, ver a la Nierga sonreír, contemplar cómo los de El canto del loco se estresaban al no poder salir a la calle por el agobio de un grupo de locas histéricas y por un grupo de borrachos del Celtic de Glasgow, ver a Victor Amela charlar y a Polanco en su cochazo de lujo salir. Y ya está. Sólo unos añadidos. Uno: que no os engañen. Las estatuillas que dan en el escenario son falsas, de cartón. Dos: si bien la Minogue ha falseado su actuación, Juanes, David de María y el grupo inglés Keane han sido conscientes de que actuar en el Liceu es algo al alcance de pocos artistas. Pocas veces podrán sentir cómo retumban y resuenan sus notas por todo un teatro como el del Liceu, que por algo se construyó en forma de cerradura. Por ello, han sido sinceros con el público y han cantado a viva voz. Con el riesgo que ello supone. Y si no que se lo pregunten -en inglés- a los británicos, que han tenido que repetir su canción una vez el teatro estaba vacío, ya que en la primera vez el audio ha fallado. Y a raíz de esto, tres: los del plus son gilipollas. Sus codificadas mentes no son capaces de entender que por mucho que estén trabajando, los demás también han de hacerlo, aunque vayan vestidos de rojo y parezcan payasos. Parecer y ser no es lo mismo.
7 comentarios
manu -
Biafra -
marquinho -
Indòmita -
Carmen_Vesania -
Y sí, el Plus, es una panda de gilipollas.
manu -
Sólo he podido escucharla una, por aquello de los codificados del plus, que son unos capullos!
Patri -