Oremos todos

Uno, que va falto de memoria, no se acuerda exactamente de las palabras exactas, pero vinóse a referir que mediante la práctica del sexo uno se acerca a Dios. En el punto álgido del orgasmo existe un vacío en el que bien podría reproducirse el fresco de Miguel Angel. Se trata de un momento de máxima espiritualidad y misticidad.
La misma idea que Dan Brown, el autor del libro mediático, trata de difundir. En realidad, una de tantas. Partiendo desde la negación de cualquier existencia de divinidad en Jesucristo hasta llegar a que éste mismo dejó el legado de su iglesia a su compañera, María Magdalena. Una iglesia que rinde culto a la divinidad femenina y a su natural fertilidad.
A pesar de que miles de sabios y eruditos han puesto el grito en el cielo, a pesar de la aparición de miles de páginas webs y escritos en los que se acaba y se desmorona tal suposición -buscad en Google y encontraréis-, yo prefiero autoengañarme. Me declaro oveja de este ganado. Pastor si hace falta. Yo creo en esta iglesia terrenal y en su doctrina. Creo en sus estamentos y en su idea. Creo en la mujer y en su divinidad. Me esforzaré al máximo para orar, rezar y hablar con Dios, sea hombre o mujer.
3 comentarios
donna darko -
Indòmita -
DaWyZ -
Otro más... lamentable