FBI. Mierda en estado puro
Cuando miles y miles de cineastas -directores, guionistas, actores, etc- se parten el coco para lograr encontrar la fórmula mágica para poder llevar a cabo sus proyectos, bazofias como F.B.I corren impunemente por las pantallas de cine y por las estanterías de los videoclubs, gracias al apoyo económico de algún tarado sin complejos que ayuda a que cosas como estas salgan a la luz.
Sólo una mente tan maravillosa como la de Javier Cárdenas podía conseguir un título tan elaborado para tal mierda. Y por favor, nótese la ironía. Freakys buscan incordiar. Fabuloso juego de palabras digno de los mejores genios, capaces de crear un acrónimo de tal lucidez para conseguir las siglas de F.B.I. Y claro, a partir de ahí, ya las privilegiadas mentes pueden contar con una columna vertebral en la que apoyar su asquerosidad repugnante.
Analicemos paso a paso.
Freakys, o lo que es lo mismo, tipos raros. Pero no exactamente. Este anglicismo de reciente aparición lleva consigo una connotación negativa que da el supuesto derecho a sobrepasar los límites del respeto y la tolerancia. Un tipo raro es un tipo curioso, fuera de lo normal. Un "freaky" es alguien a quien menospreciar desde un estrado superior. De eso se encarga Cárdenas a la perfección. ¡Y orgulloso que está! No sé si por su contrato o por su naturaleza de abusón innata, pero la cuestión es que el payaso se mofa incluso de él mismo. Así hasta el punto de reconocer la existencia de la posibilidad de que algún dia le partan la cara. Igual de raro se puede considerar quien lo es de modo propio que quien se encarga de señalarlos con el dedo.
Buscan, o cómo girar la tortilla a tu favor. ¿Acaso no es al revés? Cárdenas lleva desde los tiempos en que trabajaba con Alfonso Arús buscando a sus presas para que le den de comer cada día. Ese es su oficio. Él vive a costa de Tamaras, Marqueses de Araciel, Josmars o Pacos Porras a los que humillar y ultrajar. Le funcionó años atrás con Carlos Jesús o "el niño del mechero" y ha optado por hacer de esto su manera de vivir. Lo malo es que apoyamos su causa. Vemos Crónicas Marcianas, alquilamos sus películas, reímos sus gracias, y por tanto, pedimos más carne cada día.
Incordiar es lo que hace Cárdenas. Increparles, diría yo, por la manera de ser que tienen los personajes a los que humilla. Y si bien podría el chaval hacerles ver que nunca podrán llegar a la fama por sus aptitudes, hace justo lo contrario: les engaña y saca provecho de sus carencias. Ya sean físicas o mentales, ya sean las que sean, Cárdenas las hace suyas para su uso y disfrute.
No pienso perder más el tiempo. Sólo puedo admirar una cosa de el mamarracho este: su capacidad para controlar los remordimientos. ¡Cuánta frialdad se debe tener para beber un vaso de leche y no pensar que se hace a costa de humillar a los demás en público! Más o menos como yo al pensar que nunca antes me alegré tanto de ver este producto vomitivo en versión pirata.
Sólo una mente tan maravillosa como la de Javier Cárdenas podía conseguir un título tan elaborado para tal mierda. Y por favor, nótese la ironía. Freakys buscan incordiar. Fabuloso juego de palabras digno de los mejores genios, capaces de crear un acrónimo de tal lucidez para conseguir las siglas de F.B.I. Y claro, a partir de ahí, ya las privilegiadas mentes pueden contar con una columna vertebral en la que apoyar su asquerosidad repugnante.
Analicemos paso a paso.
Freakys, o lo que es lo mismo, tipos raros. Pero no exactamente. Este anglicismo de reciente aparición lleva consigo una connotación negativa que da el supuesto derecho a sobrepasar los límites del respeto y la tolerancia. Un tipo raro es un tipo curioso, fuera de lo normal. Un "freaky" es alguien a quien menospreciar desde un estrado superior. De eso se encarga Cárdenas a la perfección. ¡Y orgulloso que está! No sé si por su contrato o por su naturaleza de abusón innata, pero la cuestión es que el payaso se mofa incluso de él mismo. Así hasta el punto de reconocer la existencia de la posibilidad de que algún dia le partan la cara. Igual de raro se puede considerar quien lo es de modo propio que quien se encarga de señalarlos con el dedo.
Buscan, o cómo girar la tortilla a tu favor. ¿Acaso no es al revés? Cárdenas lleva desde los tiempos en que trabajaba con Alfonso Arús buscando a sus presas para que le den de comer cada día. Ese es su oficio. Él vive a costa de Tamaras, Marqueses de Araciel, Josmars o Pacos Porras a los que humillar y ultrajar. Le funcionó años atrás con Carlos Jesús o "el niño del mechero" y ha optado por hacer de esto su manera de vivir. Lo malo es que apoyamos su causa. Vemos Crónicas Marcianas, alquilamos sus películas, reímos sus gracias, y por tanto, pedimos más carne cada día.
Incordiar es lo que hace Cárdenas. Increparles, diría yo, por la manera de ser que tienen los personajes a los que humilla. Y si bien podría el chaval hacerles ver que nunca podrán llegar a la fama por sus aptitudes, hace justo lo contrario: les engaña y saca provecho de sus carencias. Ya sean físicas o mentales, ya sean las que sean, Cárdenas las hace suyas para su uso y disfrute.
No pienso perder más el tiempo. Sólo puedo admirar una cosa de el mamarracho este: su capacidad para controlar los remordimientos. ¡Cuánta frialdad se debe tener para beber un vaso de leche y no pensar que se hace a costa de humillar a los demás en público! Más o menos como yo al pensar que nunca antes me alegré tanto de ver este producto vomitivo en versión pirata.
6 comentarios
erikc -
El Principito -
princess -
El Principito -
blanca -
Donde están las películas con mensaje de antaño?
Patri -