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DESDE MI PLANTA

Nada, aquí, haciendo tiempo

A las 17.56 horas -según fuentes del ordenador-, encuentro un momento en el que poder escribir. La luna y el sol se han alineado para que mi inspiración y mi predisposición se topen -de casualidad- con un cierto tiempo libre en el que me pueda desentender de cualquier contenido posible a entrar en examen.
Sí, he estado ausente. Desconectado del mundo, pero conectado a mi radio y a los artículos 20.1/a /d, 38 tal, 1/1982, etc. Inyectado en el mundo legal, jurídico y burocrático legislativo jurídico-masónico, pasando antes por las diferencias existentes entre el periodismo de investgiación y general, con sus metodologías y mamoneos.
¿Y para qué? Para nada. Para poco, para saber que disponemos de derechos irrefutables, inalienables, inerrunciables, irreverentes, irresponsables. Para saber que me pueden empapelar si hago mal uso de la información, de la propiedad ajena, de mis expresiones. Para saber que el número uno de la lista de los cuarenta principales es U2 y su Cómo desmantelar una bomba atómica pero que en cambio, en la lista de los cien de La Cien, David de María y su no me llores más ocupa dicha posición. Para descubrir que las palomas, además de sucias y asquerosas, son tontas al lado de los periquitos o lo que sean esos pájarillos verdes que vuelan por la ciudad. Cuenta la leyenda que se escaparon de su prisión años atrás, del cargamento de algún barco en el puerto de Barcelona. Cuentan que volaron libres por la contaminada urbe unos cuantos, y que años más tarde, fruto de su instinto procreativo, se convirtieron en millones. Millones inteligentes.
Miras por la ventana y ves un mendrugo de pan acosadao por una paloma. Luego llegan dos más. Al cabo de tres segundos ya son cinco, siete, nueve, un huevo de palomas. Egoístas, avaras, posesivas, rácanas, dispuestas a matar a su madre por un picotazo de esa delicia. Se amontonan, se aglomeran...hasta que llegan los seres verdes desde el cielo, pequeñitos ellos, y cogen con el pico el contenido -en algunos casos tres veces más grande que ellos- y se van volando directos a su nido de amor en lo más alto de una palmera de la plaza Xirau. Y a disfrutar del momento romántico con la pareja. En un lugar tranquilo, con buenas vistas, protegido del sol, en el que se puede observar qué tontas son las palomas y cómo pierde el tiempo el bueno/malo de Manu.
Pd1.O estoy raro, o me he contagiado del peculiar estilo de el fabuloso capitán mierda. Dios, necesito que se acabe este suplicio

6 comentarios

Anónimo -

para aves estúpidas las gaviotas..... MIO MIO MIO MIO

Indòmita -

Si, si, más vale en el ciberespacio, porque como le vea en persona...

manu -

Sí sí, Capitán, nos entendemos. Lástima que un humilde acomodador como yo no pueda conseguirte entradas...nisiquiera me las dan a mí, o sea que imagina. Nos vemos por el ciberespacio.

Capitan mierda -

GRACIAS,GRACIAS Y GRACIAS.Yo soy una persona que sabe reconocer a la buena gente. Que le pregunte a mi equipo de El Correo, malditos perros sarnosos, no les dirigí la palabra en 7 meses.
En cuanto a ti, te considero un amigo.UN GRAN Y SINCERO AMIGO.¿Por cierto no se si te sobrara alguna entrda para el teatro?, si son dos mejor, hay una personaaaa por ahíiiii.¿nos entendemos, no?

Patri -

Q asco d ratas voladoras! Están inmunes a todo! Veo q te distraes con cualquier cosa, eh! todo sea por no estudiar jurídic! ;) voy a suspenderrrrrrr! buaaaaaaaa!

Indòmita -

Sí que estás rarito, sí... Espero que no se te pegue el estilo del capitán mierda.
Por cierto, los pajarillos aquellos no eran periquitos, eran cotorras!!;)