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DESDE MI PLANTA

Artículo censurado. Miremos el lado bueno de las cosas pues.

¿Seré generalista o específico? No lo tengo muy claro. Bueno, mejor no quiero tenerlo, porque todo indica que mi vida se centra en la generalidad. Bonito eufemismo para disimular lo mediocre, a pesar de que el altísimo Espada decía que la especialización era la ínfima esencia del ser humano.
Es contradictorio. El término generalista es un término que me confunde. Soy capaz de hablar poco de mucho. Y eso, a ojos de la gente puede ser una gran ventaja. Puedo reunirme, sentarme contigo a tomar un café, entablar una conversación larga y tendida de varias cosas. Qué sé yo? Soy capaz de que hablemos de toros, de ópera, de deportes, de experiencias íntimas, de psicología del ser humano, de naturaleza, de televisión, de cotilleos, de política, de cine, etc. Podré, si me lo pides, darte mi opinión de diferentes temas y pensarás que soy una persona culta. ¿Pero hasta donde se ajusta esa realidad?
Soy generalista. Puedo divagar, rozar por encima los temas que nos rodean en esta vida. Puedo hacer que pases un buen rato agradable y ameno. Pero no aprenderás conmigo. Sólo encontrarás la punta del iceberg.
Todo empezó a los 18 años, cuando decidí apartar de mi vida lo específico, cuando decidí abarcar lo máximo posible, cuando decidí ser maestro generalista. Tal vez ahí cometí el error, si es que se puede considerar como tal. ¿Es aplicable aquello de que quien mucho abarca, poco aprieta? Yo creo que sí. ¿Debiera abrir mis puertas a todo, o centrarme sólo en puntos concretos?
No lo sé, pero todo indica que mi naturaleza curiosa hará que en mi vida no se restrinja la entrada a nada ni a nadie.


*

Tenía razón. Alfonso regresó ayer como Jesucristo a la entrada de Jerusalem.

4 comentarios

felip -

Bueno, Manu, otra vez me rindo ante tu forma de contar las cosas que fluyen dentro de ti... Es mucho más que mera identificación; es admiración sincera por alguien que consigue transmitirme sensaciones e incluso escalofríos que me recorren de arriba a abajo el espinazo.
Eres verdaderamente un reportero de ti mismo, un enviado especial a tu propio corazón...
Siempre he creído que el hombre debe recorrer dos caminos de manera irremediable: uno hacia los demás y otro hacia sí mismo. Éste último, hacia uno mismo, me parece esencial e indispensable, y es el que en realidad "hace" a las personas.
Yo te leo cada vez que puedo y adivino en ti una capacidad enorme de amar a las personas que te rodean, que sólo es posible en los hombres que se conocen a sí mismas o que por lo menos luchan por ello.
Bueno, te diría más cosas, pero el Taller de Prensa ahoga mis pensamientos y se me lía la cabeza. Lo importante: que es un placer leerte.

manu -

Gracias Víctor, es cuestión de rachas...

Víctor -

Compañeros, pasad de la Quesada: se las da de experimentada y no vale para nada. Si nosotros fuéramos a la redacción de un periódico y dijéramos: "Ei, que soy un periodista especializado", como mínimo se reirán en nuestra cara.
Nelo, te tienes en muy baja estima, y hayas estudiado lo que hayas estudiado, siempre aprederemos cosas contigo y con cualquier otra persona, por pocos estudios que tenga. Las carreras te dan conocimientos que pocas veces sirven para algo; los verdaderos conocimientos los adquirimos con el contacto físico, el contacto real, la conversación con la persona con la que estás tomando un café. Y eso no se estudia en ninguna universidad (por suerte).

patri -

mi post d hoy iba a tratar tb d eso...la clase d la quesada nos ha impacatado quizás? D todos modos, yo tb soy generalista. Pq escoger sino una carrera, humanidades, en la q estudias muchas cosas y nada en concreto?